ORIGINALMENTE DOBLADOS

Si os pregunto qué es el doblaje, ¿sabríais contestar? Podríais responderme que se trata de una técnica de postproducción útil para traducir un trabajo audiovisual de un idioma a otro de forma sonora. Perfecto, ¡explicación fabulosa, de 10!

Pero vamos a ir más allá y explorar otras posibilidades en las que a lo mejor nunca habéis pensado. Las interpretaciones de qué y para qué vale el doblaje sobrepasan el concepto de traducción, y hoy vamos a hablar de lo útil, como herramienta, que supone esta labor para mejorar muestras de audio originales. Perfilando más, vamos a conocer casos en los que la propia versión en original de la película ha sido objeto de doblaje, bien para arreglar fallos, bien para mejorarla o incluso para que fuera más comercial.

El primer caso nos lo contaba hace poco y más extensamente La Voz de Jos, el blog de Jos Gómez Adán, rostro de las nuevas generaciones del doblaje madrileño, y donde nos va contando sus experiencias propias en la profesión y otros temas de interés dentro de ella. Os recomiendo pasaros porque merece la pena leerlo.

Este artículo, nos habla de la mítica Espartaco (1960), película afectada por la conservadora e implacable censura norteamericana, que hizo que la conversación traída entre los personajes de Laurence Olivier y Tony Curtis preguntándose por su supuesta homosexualidad fuese erradicada de la versión final. Años después, este material desechado fue incorporado nuevamente a la cinta, pero antes necesitaría mejoras debido a su deterioro, entre ellas, de sonido. Las pistas de audio estaban dañadas y no hubo más remedio que rehacerlas, o sea, doblar a los actores. Curtis aún vivía para doblarse a sí mismo, pero para Olivier había que buscar un sustituto y que además el cambiazo resultase creíble. Y… ¡vaya! El papel fue a recaer en Anthony Hopkins, conocido por su facilidad para la imitación, y aquí, en Espartaco, desde luego logró un mimetismo perfecto con el habla de Olivier.

MONTAJE 1
Laurance Olivier tiene la voz de Anthony Hopkins en algunas escenas de «Espartaco».

Soluciones de las que hablamos, donde se cuenta con otros intérpretes a los originales, tienen parte buena y parte mala. Por supuesto que ante este tipo de coyunturas siempre hay que hacer sacrificios, como que haya voces intrusas en boca de actores que estamos acostumbrados a oír de determinada forma, pero, en mi opinión, no es nada desacertado, y mejor eso a dejar material tan valioso sin añadir.

En España, como sabréis, hubo cantidad de películas extranjeras (y nacionales) afectadas por la censura; otras a las que se les han hecho estos añadidos de recuperación de metraje, y claro, para nuevas secuencias, se ha tenido que parchear. Así que, cuando notéis que en una película las voces cambian de una escena a otra, es porque hubo este tipo de alteraciones y se ha querido remediar recientemente. Un ejemplo es la famosa Con la muerte en los talones (1959). Aunque, ¡ojo!, también es posible que se haya optado por subtitular en vez de recurrir al doblaje, como pasó con El volar es para los pájaros (1970). Eso sí, si escucháis voces distintas en vuestros actores durante toda la obra, es porque la han redoblado, algo habitual en ediciones recientes de películas con cierto o bastante tiempo (y ahí ya sois muy libres de maldecir a quien tuvo la idea).

MONTAJE 2
«Dos mulas y una mujer» y «Fiebre en la sangre» son ejemplos donde cambian las voces en su doblaje al español.

Gobernator… O sea… Arnold Schwarzenegger emigró a Estados Unidos con sólo 21 años, y cuenta que para él fue difícil aclimatarse a ese país extraño y comenzar en sus andaduras de actor. Relata: “Naturalmente, mi acento inglés era muy malo y además muy fuerte, me decían que era gracioso, pero me suponía un obstáculo cuando empecé en esta profesión”. Tanto es así, que en su primera película, Hércules en Nueva York (1969), contaron con un doble de voz para ocuparse de su personaje y eliminar ese acento austriaco tan marcado. En copias recientes de la cinta, Arnold asumió de nuevo el papel y tuvo la oportunidad de volver a grabar sus takes (tomas de sonido), gracias a su popularidad, por supuesto, ya que al ser tan conocido, al público le choca escucharle con otra voz que no sea la suya. Todo un gesto por parte del estudio, dicho de paso: eso es pensar en el consumidor y adecuarse a sus gustos.

Al igual que Schwarzenegger, uno de los antagonistas más emblemáticos de la saga James Bond tampoco conserva su voz en la V.O. (versión original) debido a su grave acento. Gert Fröbe, el villano de Goldfinger (1964), pierde su alemán para ganar un puro inglés, en este caso prestado por Michael Collins, actor de cine y televisión. A pesar de todo, hay una breve escena en que el personaje de Goldfinger explica a sus colegas los malvados planes que tiene en mente, y durante un momento podemos oír su voz real cuando éste se pone a hablar en alemán. No deja de ser gracioso que su enemigo cinematográfico, Sean Connery, fuese elegido a principios de 2009 como “la voz más sexy del mundo” por los británicos. De contrastes está el mundo lleno.

MONTAJE 3
Gert Fröbe Y Arnold Schwarzenegger sufrieron el doblaje por sus marcados acentos.

Y ahora, la tierna amistad (¡Ja!) entre Disney y Warner Bros., que siempre es bonito hablar del tema. Dejemos a un lado los piques que hay ahora con tanto súper héroe de por medio; esto viene de antes. Vamos a retroceder sólo hasta 1964. Disney consigue llevar al cine, tras 20 años intentando conseguir los derechos, la novela de Pamela L. Travers, Mary Poppins. Tal esfuerzo es para no dejar nada al azar, quieren triunfar en taquilla: buen guión, puesta en escena increíble, ambiente familiar… Ingredientes que avalaron el éxito que tuvo (y que sigue teniendo) y eso que la actriz protagonista, Julie Andrews, era toda una desconocida. Warner tomó nota, y no podía hacer otra cosa que retrasar el estreno de su película, My Fair Lady, pues no permitiría que la estrella de su propio musical, Audrey Hepburn, se viera eclipsada por las dotes de canto de la recién llegada Andrews, y de las que ella carecía. La comparación no interesaba.

¿Cómo intentar remontar aquel duro golpe? Warner lo tenía claro: doblar las canciones de Hepburn para que el resultado fuese más espectacular. Mari Nixon sería la elegida para este trabajo, actriz que participó en musicales y que, curiosamente, una parte importante de su trayectoria consistió en esta labor, en la de doblar a actrices de primera línea que actuaban bien pero que no tenían técnica vocal a la hora de cantar. Como veis, muchos esfuerzos puestos en salvar la taquilla, que no se portó mal del todo, pero con enfado de Hepburn por no ser nominada a los Óscar a mejor actriz: las reglas no lo permitían, ya que se consideró, por estar doblada, que su actuación no era total. Para colmo, ¿sabéis quién se llevó la estatuilla? En efecto, Julie Andrews. Uno para ella y otros cuatro más para Mary Poppins. En algunas ediciones del DVD de My Fair Lady, puedes ver que el material extra incluye las canciones originales cantadas por Hepburn. El siguiente vídeo es parte de esas grabaciones.

¡Importante! Algo que debéis saber es que antes las películas españolas se doblaban prácticamente todas. Sí, cuando vemos a Paco Martínez Soria llegando a la ciudad por primera vez, le escuchamos porque fue Paco quien se dobló en un estudio. Y como con él, infinitud de ejemplos. Rodar sin sonido directo era una práctica habitual durante muchos años puesto que resultaba más económico añadir después la pista de audio. Hoy, pocos casos se dan, pero de vez en cuando, un doblaje en una película española sigue ocurriendo. Ahí está de ejemplo Torrente 4, donde Francisco, que hace de malo (como puede), tiene una voz que no es la suya. No, no hace falta que crucéis el Mississippi para saberlo; os lo digo yo: era la de Pepe Navarro. Cantante y presentador comparten semejanzas en el tono de voz, y se dio el pego para que pareciese que Francisco fuese más “fiero” que en una primera versión. Juzgad vosotros…

QUE PUDO SER…

Un primer pase bastó a los responsables de Warner para insistirle a Christopher Nolan, director de El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace (2012), que el personaje de Bane necesitaba doblarse porque sus diálogos eran incomprensibles. Ya sabéis que el villano porta una máscara que distorsiona el sonido al hablar. Nolan, sencillamente, se negó a volver a doblar todas las escenas por temor a un resultado impostado y decidió retocarlas. En este vídeo os dejo la comparativa de ambas versiones para ver la mejoría entre el antes y el después. ¡Benditas manos!

—Diego García Castillo, 3 de octubre de 2015—

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